Descubra el misterio del equinoccio en Chichén Itzá
Las antiguas ciudades de los mayas tienen un aire de misterio siempre que las visite pero, para muchos viajeros, un viaje a Chichén Itzá, Sitio Patrimonio de la Humanidad de la UNESCO, en septiembre para presenciar el equinoccio ofrece aún más maravillas.
El 23 de septiembre, el día del Equinoccio de otoño, la Pirámide de Kukulcán o El Castillo que domina la Gran Plaza en Chichén Itzá, revela sus secretos. En la antigüedad, era un reloj y calendario solar que marcaba el paso de las estaciones.
La pirámide está alineada para capturar los rayos del sol poniente en los días de los equinoccios de primavera y otoño, en marzo y septiembre. Aparecen triángulos de luz y sombra a lo largo del costado de la escalinata norte formando el cuerpo ondulante de una serpiente. Se une a la cabeza de una serpiente de piedra al pie del edificio, creando la ilusión de un reptil gigante que desciende del cielo y se desliza a través del sueo hacia el Cenote Sagrado.
La serpiente simboliza Kukulcán (también conocido como Quetzalcóatl en el centro de México), el dios serpiente emplumada, que regresa a la tierra para dar esperanza a sus seguidores y para anunciar la siembra de primavera y la cosecha del otoño para los mayas.
La serpiente de luz y sombra también se ve el día anterior y posterior al equinoccio, si el clima lo permite.
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