Equinoccio: Sea Testigo de una Antigua Maravilla en Chichén Itzá
Las antiguas ciudades de los mayas tienen un aire de misterio cada vez que las visita, pero para muchos viajeros, una visita a Chichén Itzá, Patrimonio de la Humanidad, en marzo para presenciar el Equinoccio, ofrece aún más maravillas.
El regreso de un antiguo dios
El 20 de marzo, el día del equinoccio de primavera, la Pirámide de Kukulcán o El Castillo, que domina la Gran Plaza en Chichén Itzá, revela su función en los tiempos antiguos como un reloj solar que marca el paso de las estaciones. La alineación es tan precisa para capturar los rayos del sol poniente durante los días de los equinoccios de primavera y otoño en marzo y septiembre. Aparecen triángulos de luz y sombra a lo largo del costado de la escalinata norte formando el cuerpo ondulante de una serpiente. Se une a la cabeza de piedra al pie del edificio, creando la ilusión de un reptil gigante descendiendo del cielo.
La serpiente simboliza a Kukulcán (también conocido como Quetzalcóatl en el centro de México), el dios serpiente emplumada y un poderoso líder, regresando a la tierra para traer esperanza a sus seguidores y anunciar las estaciones de siembra en la primavera y de cosecha en el otoño para los mayas.
La sombra de la serpiente parece deslizarse por el suelo en dirección al Cenote Sagrado, el más grande los cuatro cenotes que hay en Chichén Itzá. Los cenotes y cuevas eran lugares sagrados asociados con Chaac, el dios de la lluvia, y los mayas creían que era la entrada a Xibalba, el inframundo maya y la morada de los dioses.
Una reflexión sobre el calendario maya
La pirámide de Kukulcán fue construida entre 650 y 800 d.C:, con modificaciones posteriores durante el período cuando la ciudad alcanzó su auge bajo los gobernantes itzáes, entre 1000 a 1250 d.C. El uso de la tecnología de detección LIDAR ha revelado que la pirámide que vemos hoy en realidad yace encima de tres templos anteriores y sobre una cueva con un cenote. Los gobernantes erigían sus propios monumentos encina de edificios dejados por sus antecesores para canalizar la energía sagrada.
Se cree que la pirámide, de 25 metros de altura, representa el antiguo calendario maya, ya que el número de terrazas y paneles coincide con el número de meses en el año maya (18) y años en una vuelta del calendario (52), respectivamente, y el número de escalones en las escalinatas, incluyendo la plataforma superior, es igual a 365, los días del año.
Buscando señales en las estrellas
A corta distancia de la Gran Plaza se encuentra la torre redonda conocida como El Caracol o el Observatorio. Los edificios circulares son raros en el Mundo Maya y este se asienta sobre una plataforma rectangular con depresiones someras que alguna vez estuvieron llenas de agua. Los antiguos astrónomos las usaban para reflejar la luz de las estrellas en busca de presagios en los cielos. El edificio estaba alineado para capturar las puestas del sol y de la luna en ambos equinoccios y para marcar el curso de Venus.
Planeando su viaje a Chichén Itzá
Thomas More Travel ofrece una variedad de viajes a Chichén Itzá. La serpiente de luz y sombra también es visible el día anterior y después del equinoccio, si lo permiten las nubes.
¿Por qué no aprovechar el día y visita Valladolid y sus cenotes cercanos, antes de explorar Chichén Itzá y presenciar el equinoccio? Disfrute de una cena temprano en alguno de los hoteles cercanos y quédese para observar el Espectáculo de Luz y Sonido en la Gran Plaza por la noche, una maravilla de arte y video mapping generado por computadora.