Con vista al parque entre las avenidas Bonampak y Nader en la Supermanzana 2A en el centro de Cancún se encuentra una casa única, un refugio para la naturaleza y el hogar de una admirable pareja. Alberto y Hilary Charles son los fundadores de Fauna Digna, un santuario donde aves y animales heridos son rehabilitados y devueltos a su habitat.
Beto y Hilary literalmente han abierto su casa a la vida silvestre, de hecho, sus huéspedes alados y peludos se encuentran libres en la casa. Desde que usted entra por la puerta principal y camina a través de la sala llega directamente al jardín y los animales hacen lo mismo. En un momento dado puede haber pájaros carpinteros, crías de jilgueros, tlacuaches, mapaches, ardillas y tejones viviendo ahí. Usted puede toparse con Hilary atendiendo a un zorro con una pata rota, observando con solemnidad crías de búhos pigmeos o a Beto alimentando un colibrí. Pelícanos se pasean por la terraza de la alberca, un flamenco joven antes de tener su rosado plumaje se para en la parte somera y una tímida garza verde esconde entre la maleza. Existen encierros donde las majestuosas aves de rapiña como las águilas pescadoras y los halcones negros se recuperan de las heridas causadas por cuerdas de pesca descartadas o choques con las ventanas. Con Beto y Hilary tienen una segunda oportunidad de vivir.
Los Charles llegaron a Cancún a principios de 1980s. Originario de la Ciudad de México, Beto proviene de una familia que criaba aves mientras que Hilary, una fotógrafa industrial, atendía de manera regular las cirugías en la Escuela de Medicina Veterinaria en la UNAM. Ellos comparten una pasión por la naturaleza y la vida silvestre.
Beto recuerda acerca de los inicios de Cancún y cómo ellos empezaron a rescatar animales. “Cancún era diferente en ese entonces. Había menos residentes y la mayoría de nosotros nos conocíamos o sabíamos el uno del otro,” explica Beto. “Por eso, cuando el gobierno, que no tenía recursos para el manejo de animales heridos, necesitó ayuda, vinieron con nosotros.”
“Recibíamos todo tipo de mamíferos, reptiles y aves, pero principalmente aves. Hilary tenía mucha experiencia para algunas veces aún ella no tenía idea de qué hacer. Empezó a revisar libros o llamar a veterinarios y expertos en México o los Estados Unidos. Ella lo resolvería y entonces haría lo que tenía que hacer en una manera que calmaba a los animales y ganaba su confianza” nos dice Beto.
A la fecha, cada agencia municipal, estatal y federal en la zona, así como los residentes de Cancún, saben a dónde llevar algún águila aturdida, un periquito extraviado o un pelícano enredado en hilo de pescar. Hilary y Beto trabajan hoy tanto como lo hacían siempre. Sus hijos se también se han involucrado.
Tienen un cúmulo de historias sobre las aves y otros animales a los que han ayudado a lo largo de los años. Estos incluyen felinos silvestres, patos silbadores e, incluso, lechones de pecarí recién nacidos, a los que les encantaba la alberca. La labrador de la familia terminó cuidando a los lechones que crecieron pensando que eran perros. “Solían correr la puerta principal ladrando cada vez que alguien tocaba a la puerta, ¡como lo hacen los perros!” recuerda Hilary. En la madurez, los jabalíes fueron liberados de vuelta a la naturaleza. “No se trata de coleccionar mascotas exóticas; si no de restaurar la salud de los animales y mandarlos a casa,” añade Beto.
En otra ocasión ellos curaron un pato que sufría de una herida en un dedo. Después de cinco meses con ellos, levantó el vuelo, rodeo la sala de estar antes de volar hacia la libertad. “Vino a despedirse,” comenta Hilary.
Su trabajo nunca termina; lamentablemente, muchos animales llegan después de haber sido golpeados por algún carro. Reciben aves con alas rotas que han volado hacia ventanas y polluelos rescatados de árboles que han sido cortados.
Y no sólo rescatan vida silvestre, ellos también plantan árboles. Han reforestado el parque del vecindario frente a su casa, restaurando el hábitat para especies como la chachalaca, las charas yucatecas y las calandrias. Ellos también están llevando la iniciativa de plantar árboles a otras partes de Cancún y la Riviera Maya.
Beto es un miembro activo de Amigos de Sian Ka’an y es un apasionado defensor de la conservación y de la educación ambiental.
Royal Resorts se enorgullece de apoyar la increíble labor de Fauna Digna y les dona tapetes y toallas usadas como hamacas y cabestrillos.

Visite Fauna Digna
Alberto y Hilary dan la bienvenida a los visitantes a su casa. Si usted desea visitarlos y conocer más acerca del trabajo de Fauna Digna y la manera en que usted puede apoyar. Por favor llame al 998 577 0971 para concertar un cita.