En su próximo viaje a Royal Resorts, pase un día explorando el área con la persona que ama. Un día en la playa, dentro del mar, o descubriendo una ciudad llena de historia, pueden ser una experiencia mágica e inolvidable. Aquí le presentamos algunas sugerencias.

Visitando la Riviera Maya

Inicie el día con una caminata por la playa al amanecer. Admire la gloriosa salida del sol sobre el Caribe, escuche el vaivén de las olas y observe a los pelícanos en su vuelo matutino. Es un hermoso comienzo de otro día en el paraíso.

Prepare una cesta de picnic con manjares como pollo rostizado del servicio para llevar de Royal Express, consiga una botella de vino de The Royal Market y salga a disfrutar de un día de playa en la Riviera Maya. A lo largo de este estrecho de costa existen muchas playas encantadoras para escoger, con lugares idílicos que se pueden encontrar en Puerto Morelos, Maroma, Xpu Ha, Akumal, Xcacel, Bahías de Punta Solimán y Tulum, entre otros. Escoja su lugar favorito o visite varios durante el mismo día.

De regreso, por qué no detenerse en Playa del Carmen para ir de compras, tomar un cóctel y una cena a la luz de las velas en alguno de los muchos restaurantes eclécticos que se encuentran a lo largo de la Quinta avenida y sus calles contiguas.

 

Puesta de Sol en la Isla

Tome el trasbordador a través de la bahía para visitar Isla Mujeres y pasar el día en la playa sombreada por palmeras en Playa Norte. Por sus aguas color turquesa, Playa Norte es la imagen perfecta que le ha valido estar entre las mejores playas del mundo en las revistas de viaje en línea.

Después de un almuerzo de frescos mariscos, es hora de explorar la isla. Rente un carrito de golf y maneje hasta Punta Sur para admirar la increíble vista del Caribe, con la Zona Hotelera de Cancún en el horizonte.

Como alternativa, aborde un yate y pasee alrededor de la isla y para practicar el esnórquel en un arrecife somero en la bahía. Este atento para ver alguna tortuga o, quizás, unos delfines.

De regreso a la Isla, diríjase a algunos de los bares con palapa que se localizan en la orilla de la bahía para ordenar una bebida, observar a los pescadores descargar su captura del día y esperar el atardecer. Playa Norte es uno de los mejores lugares del área para ver la puesta del sol.

Otra opción es ir un poco más lejos, a la Isla de Holbox, justamente en la costa del Golfo de México, al norte de Quintana Roo. Holbox es otro sitio romántico con espectaculares atardeceres, largas playas y ambiente tropical.

 

Navegue y disfrute de una romántica cena al atardecer

Todos abordo para un romántico paseo al atardecer este mes de febrero. Aborde el famoso galeón español Columbus para disfrutar de un paseo a través de la Laguna Nichupté, en Cancún. Cene langosta a la parrilla y disfrute un cóctel Caribeño mientras escuchas las suaves melodías de un músico tocando el saxofón.

Si lo prefiere, aborde un yate para disfrutar de un paseo con cena y champan navegando en la bahía entre Cancún e Isla Mujeres.

Cualquiera que sea su elección, usted disfrutará de un romántica noche caribeña bajo un cielo lleno de estrellas, una manera perfecta de celebrar el amor.

Serenata Yucateca

Planee una escapada a Mérida, la capital del estado de Yucatán, una ciudad histórica que aún inspira romance. Pase el día visitando las iglesias y conventos del siglo XVI, los tranquilos parques y las magnificas mansiones del siglo XIX construidas en el auge del cultivo del henequén. Visite sus museos y galerías y adquiera artesanía mexicana en sus tiendas y mercados.

Merida fue fundada por los españoles en 1542 sobre las ruinas de la antigua ciudad Maya T’ho. A finales del siglo XIX, la ciudad se enriqueció con el cultivo de una planta de agave nativa llamada henequén o sisal. Apreciada por los Mayas desde tiempo inmemorial por su resistente fibra utilizada para elaborar cuerdas y costales, el henequén se volvió tan lucrativo que se le conoció como el “oro verde,” por la elevada demanda de esta fibra en los mercados internacionales. Mérida era una de las ciudades más ricas del mundo y sus acaudalados habitantes encomendaron elegantes mansiones y edificios públicos inspirados en el estilo arquitectónico de la bella época de París.

Una noche en Mérida

Cuando el sol se mete es hora de ir en busca de un lugar para cenar, en Mérida existen restaurantes y variedad de cocinas para satisfacer cualquier paladar. Sin embargo, para gozar el verdadero romance de antaño, usted debe cenar en un romántico patio colonial a la luz de las velas, rodeado de plantas y disfrutando las baladas de los trovadores tocando sus guitarras mientras les traen serenata a su mesa.

Después de la cena, camine hacia la plaza principal o Plaza Grande donde se encontrará con más músicos listos para ofrecer una serenata a los paseantes y a los vendedores de flores ansiosos por venderle un ramo de rosas, lirios de olor, gardenias y unas flores blancas conocidas como mariposas.

Camine alrededor de la plaza y admire el video mapping que se proyecta sobre la fachada de la Catedral de San Ildefonso, la catedral más antigua de México, la Casa de Montejo, la casa del siglo XVI perteneciente a la familia que conquistó Yucatán, y la Casa de Gobierno.

En Mérida hay un evento cultural cada noche y el lunes es el turno de la plaza principal, con una presentación de bailes tradicionales frente al Palacio Municipal.

En el Siglo XIX, las familias acomodadas de Mérida solían pasear a lo largo de las calles y avenidas en sus carruajes y las calesas tiradas por caballos continúan la tradición por las noches. Sin embargo, igual de romántico resulta deambular por la Calle 60 en donde se encuentran más iglesias coloniales y parques arbolados con cafés y bares al aire libre. En el camino se encuentra la Universidad de Yucatán, una de las más antiguas de América; el elegante Teatro Peón Contreras, construido en estilo Neoclásico, y la Plaza de Santa Lucía, sede de un concierto de trova casa jueves.

Dirigiéndose al norte por la Calle 60 algunas cuadras más y doblando a la derecha se llega al Paseo de Montejo. Esta amplia avenida arbolada fue inspirada en los Campos Elíseos y es el escenario de opulentas mansiones construidas durante el auge del henequén a finales del Siglo XIX y los primeros años del Siglo XX. Ahora silenciosas, estas imponentes residencias y mansiones son testimonio de una época en que Mérida contaba con más millonarios que New York.

Mientras pasea por el Paseo de Montejo, deténgase a tomar un café o un helado en un café al aire libre o un cóctel bajo las estrellas en una romántica terraza bar en la azotea.

 

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