La industria turística del Caribe mexicano se ha detenido temporalmente. Las famosas playas del área, los parques y los sitios arqueológicos se encuentran cerrados. Hoteles, restaurantes y bares también están cerrados y los ocupados cielos sobre Cancún, usualmente llenos de aviones, ahora están en silencio.
En un estado que depende tan enormemente del turismo, la crisis económica ya está golpeando fuente. Miles de trabajadores de los hoteles han sido despedidos y el Gobierno del Estado está implementando un paquete de ayuda de emergencia con medidas para ayudar a las familias y los negocios locales.
Sin embargo, tal es el atractivo perdurable de esta costa bañada por el sol que los viajeros ya están haciendo reservaciones para más tarde en el año y la expectativa es que, una vez que se levante el bloqueo y se reinicien los vuelos, nuestros visitantes empezarán a regresar.